Cristobal Aldana

Cristóbal Aldana es un escultor boliviano. Originario de Potosí, a temprana edad se trasladó a Cochabamba donde estudió en la Academia de Bellas Artes. Él le da crédito a su padre, un alfarero, por haberle inculcado el amor por la creación de objetos tridimensionales, pues de niño lo ayudaba con la fabricación de ollas y tinajas. Antes de ingresar a la academia de bellas artes de Cochabamba, ya era un escultor de piedra de gran destreza, ya que había trabajado desde su adolescencia, primero como aprendiz de cantero, y luego como maestro cantero y tallador para proyectos de construcción. Aldana no solo es ampliamente conocido por sus esculturas, sino que se ha ganado una reputación por su participación en importantes proyectos arquitectónicos con piedra, como la construcción de la catedral en el pueblo de Aiquile y la restauración de una iglesia colonial en el pueblo de Totora. Ha exhibido sus esculturas en los principales espacios de artes plásticas de Bolivia y es ampliamente reconocido como una figura influyente para la nueva generación de escultores bolivianos. Sus piezas a menudo combinan diferentes piedras o apuntan a exponer y explotar las texturas de las piedras que usa, a menudo jugando con intrincados pliegues y giros. Estos enfoques le dan al espectador una idea de movimiento y ligereza en un material pesado. También se le conoce como “Rumiruna”, que en lengua nativa quechua significa “hombre hecho de piedra”.