Charly Crank

Cécile Missir, alias Charly Crank, es una de esas creadoras autodidactas cuya sensibilidad se ha desarrollado a través del contacto con muchas influencias contemporáneas, que reinterpreta combinando técnicas tradicionales y digitales en una composición a la vez original y artística. Procedente de una familia de bellas artes e inmersa desde muy temprano en las inspiraciones estilísticas de los años 70, se inspiró en el inconformismo de su medio y se interesó por el dadaísmo y la Bauhaus así como por los pioneros del diseño gráfico de la época., En en particular Roman Cieslewicz, Grapus, Jean Widmer, Andy Warhol o el colectivo de artistas Bazooka. Seguidora del budismo y convencida de la sincronicidad de las cosas, se inspira en los acontecimientos de su vida para orientar sus creaciones y su arte. Este fue el caso con su descubrimiento de Jean Paul Goude en el bicentenario de la revolución en 1989, con las extravagancias de Grace Jones y Gainsbourg, con las esculturas monumentales de Botéro en 1992 o más recientemente con el encuentro de Chayan Khoï y su diseño de arte digital. Hoy su estilo se encuentra en la encrucijada de un pasado cargado de múltiples influencias y filosofías contracorrientes, de una experiencia de vida que la emancipaba tanto como la atormentaba, y de una sensibilidad a flor de piel con la que materializa magistralmente las múltiples emociones.