Stéphan Muntaner

Un día del jurado internacional, el crítico Adrian S., me confió sobre el trabajo de Stephan Muntaner, que lo juzgó “demasiado francés”, ¡demasiado francés! Este anatema muy británico que excluye todo lo que no se ajusta a la ergonomía ortodoxa que impulsa los enfoques gráficos anglosajones y suizos también puede resultar un cumplido bastante halagador. Los gráficos de Stephan Muntaner no entran en la categoría de gráficos de investigación conceptualizados en torno a la noción de vanguardia, y nunca tuvieron la pretensión. No, sus creaciones se definen efectivamente en una filiación de un diseño gráfico que ha absorbido una cierta herencia literaria. El de un juego de palabras que manipula el humor y las imágenes. En la tradición “escolar” de Alfred Jarry, surrealista de Pierre Dac o semántica de Pierre Desproges. De hecho un verdadero diseño gráfico “francés” que, de Lautrec a Grapus, de Excoffon a MM, manipula la retórica y el debate. Y plantea la cuestión del estado de la imagen en nuestra sociedad. Nuestros oponentes, al otro lado del Canal, hablan a menudo de un “fracaso” de la transición a la modernidad, olvidando los inventos de la narración en imágenes que se ha convertido en el cómic, el cine y el movimiento surrealista. Y en los años veinte, de lo que se convertirá en uno de los grupos de comunicación más importantes, Publicis donde se desarrollaron algunos ganchos, Dubo, Dubon, Dubonnet y Dim, ahora parte de nuestro patrimonio cultural. Inventos donde la imagen, sin hablar de formas, se vuelve más literal que visual. Las imágenes de Stephan Muntaner son conversadoras. Ellos "charlan", dicen en el Sur. Los carteles, las identidades corporativas, las campañas hablan más de lo que muestran. La respuesta a sus patrocinadores suele incluir historias visuales, juegos de palabras y verbos. Los años 90 vieron el diseño gráfico emanciparse en Francia. Salir del gueto “sociocultural” en el que se encontraba para responder a las órdenes de la industria cultural y afirmar la noción de autor en el sector económico. De Tous des K a Cktre, Stéphan Muntaner también participó en este movimiento. Pero nada excepcional en todo esto, si no un solo punto: el de haber luchado también por el renacimiento cultural de una ciudad con firma, "Made in Marseille" y construido un planteamiento gráfico reconocido a nivel nacional e internacional. Seductor iconoclasta, los gráficos de Stéphan Muntaner merecen mucho de esta ciudad de Marsella difícil de domesticar y a menudo caricaturizada. Y es a imagen de su autor cuya siguiente apostilla intenta identificar, no sin burla, algunos rasgos de su personalidad. Pierre Ponant Curador, crítico, docente.