Biografía
Roberto Montenegro Nervo, nacido el 19 de febrero de 1885 en Guadalajara, Jalisco, y fallecido el 13 de octubre de 1968 en Ciudad de México, fue un pintor, muralista e ilustrador mexicano de gran renombre. Fue uno de los primeros artistas en participar en el movimiento muralista mexicano tras la Revolución Mexicana.
Procedente de una familia acomodada, Montenegro era hijo del coronel Ignacio L. Montenegro y de María Nervo, tía del poeta Amado Nervo. Desde joven mostró interés por el arte e inició su carrera ilustrando publicaciones como la Revista Moderna de México. Entre 1904 y 1905, estudió con Félix Bernardelli en Guadalajara, para luego ingresar a la Academia de San Carlos en Ciudad de México, donde fue formado por maestros como Antonio Fabrés, Germán Gedovius, Leandro Izaguirre y Mateo Herrera.
En 1906, obtuvo una beca de la Secretaría de Instrucción Pública para estudiar en Europa. Se estableció en París, donde se vio influenciado por movimientos artísticos como el simbolismo, el Art Nouveau y el cubismo, relacionándose con artistas como Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. También estudió en la Academia de San Fernando en Madrid bajo la dirección de Ricardo Baroja.
Durante la Primera Guerra Mundial, Montenegro se refugió en Mallorca, donde realizó su primer mural titulado Alegoría de las Islas Baleares en el Círculo Mallorquín. Regresó definitivamente a México en 1921 y participó activamente en el movimiento muralista mexicano. Su obra más destacada es la decoración del antiguo monasterio de San Pedro y San Pablo en Ciudad de México, donde creó frescos como El Árbol de la Vida (1922) y La Fiesta de la Santa Cruz (1923-1924).
Además de la pintura mural, Montenegro se dedicó a la ilustración y a la promoción del arte popular mexicano. En 1934 fue nombrado director del Museo de Artes Populares de Bellas Artes y organizó exposiciones que destacaban la artesanía mexicana. También publicó obras como Pintura mexicana 1800-1860 en 1933 y Retablos mexicanos en 1950.
A lo largo de su carrera, Montenegro recibió numerosos reconocimientos, incluido el Premio Nacional de Artes en 1967. Su legado perdura en la historia del arte mexicano, tanto por su contribución al muralismo como por su promoción del arte popular.