Diego Giacometti

El hermano menor de Alberto Giacometti, Diego Giacometti (1901 - 1985) creció en Stampa en la granja familiar donde vio a su padre, Giovanni Giacometti, representante del posimpresionismo y el fauvismo suizo, fabricando muebles cotidianos.

Es además su padre quien despertará la sensibilidad artística del joven. De carácter solitario, Diego comparte su infancia con los animales del pueblo y la finca. Esta relación privilegiada con el mundo animal nunca dejará de guiarlo a lo largo de su vida como artista.

Refractario a los estudios, Diego Giacometti prefiere posar para su hermano mayor antes que ir a la escuela y es después de unos estudios mediocres que lleva desde 1919 una vida itinerante de país en país. Viaja en particular a Egipto, donde quedará especialmente marcado por el simbolismo del gato, animal que se encontrará en muchas de sus obras.

Instalado en París en 1925, conoció allí a su hermano Alberto, que estudió escultura con Antoine Bourdelle. Los primeros años son particularmente difíciles y Diego solo encuentra trabajos intermitentes en fábricas y oficinas. En 1927, Alberto funda un pequeño estudio de escultor. A partir de entonces, Diego será su colaborador en todo momento. Además de su excepcional saber hacer y su innegable destreza manual, también le aporta sus ideas. Ayuda a su hermano creando pedestales y pantallas para sus esculturas para él. Así es como se dedicó casi naturalmente a la fabricación de muebles.

Las creaciones de Diego ilustran a la perfección su talento para la corrección de las proporciones. La arquitectura de sus piezas combina la sobriedad con la funcionalidad al mismo tiempo que logra mantener un toque de su inagotable fantasía a través de su bestiario imaginario.

Poco a poco, Diego se irá emancipando y extenderá su práctica de la escultura a otros campos distintos al de la obra de su hermano. Comenzó cumpliendo pedidos privados de sus amigos como Marguerite y Aimé Maeght durante la década de 1960. Tras la muerte de su hermano en 1965, Diego centrará su trabajo en torno a los animales.

En nuestra mesa de café, los búhos y las ranas hacen eco de los animales del valle de Bregaglia de su Italia natal. El plato de vidrio hace referencia a una gran extensión de agua compartida por cuatro ranas en cada esquina de la mesa. Los búhos que evocan y transportan sueños se colocan en las ramas que conectan las patas de la mesa de café.

Como señala Jean Leymarie, esta mesa de centro ilustra la capacidad de Diego para " combinar la preocupación por la utilidad con el encanto y la frescura de lo maravilloso ".