“La historia de mi familia se interrumpió y sus raíces se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces, me esfuerzo por crear un mundo de expresión e impresiones del paisaje original utilizando las reminiscencias que surgen en el borde de mi conciencia. Esta identidad ausente y esta historia interrumpida, sin la cual se pierde la memoria, sólo puede representarse confusamente en espacios limitados, pero con ideas muy abiertas a todas las formas pictóricas y también muy abstractas como proyecciones de color, planos de materiales, líneas y trazos a capturar la mirada con una narrativa paisajística que es el principio de identidad. La pintura de Denis Guffroy es totalmente improvisada, como es el caso de muchos pintores, y su trabajo, repetido en serie, sobre los colores, la luz y la forma pretende generar una suerte de catálogo de carácter indómito y casi virgen imaginado para suplir esta carencia. de profundas raíces territoriales y crear un vínculo de continuidad con esta historia familiar rota. El cuadro se convierte así en una suma de gestos informales y emotivos más allá de los cuales comienza una nueva narrativa.