Vanessa Onuk

Vanessa, artista autodidacta oriunda de Frankfurt am Main, es famosa por sus representaciones abstractas de paisajes y formas que se fusionan a la perfección entre sí. Sus obras se caracterizan por su enfoque minimalista, que reduce las instantáneas a elementos gráficos esenciales como figuras geométricas, fuertes contrastes y simplificaciones.

El proceso artístico de Vanessa gira en torno a la compleja superposición de colores utilizando una técnica predominantemente acrílica transparente sobre lienzo, generalmente de lino orgánico puro o algodón. Su gran atención al detalle es evidente en su búsqueda por difuminar siluetas y formas, con el objetivo de capturar la experiencia subjetiva de un paisaje.

Sus obras consisten en paisajes abstractos y expresivos en los que intenta capturar las emociones del espectador a través de representaciones figurativas del cuerpo femenino.

Su estilo es una mezcla de líneas suaves y degradados de color, siempre con un toque de contraste y formas que sorprenden e interrumpen la representación artística.

Para crear efectos que van desde intensos sangrados de color hasta líneas nítidas y contrastes, elige siempre materiales de lienzo orgánicos como el lino o el algodón, que crean un efecto vintage lavado y vivido único y también le permiten adaptarse a los requisitos de tamaño de sus clientes y al resultado deseado.

Vanessa inicia su viaje creativo con un plan mental básico, pero no teme aceptar el azar y la espontaneidad. A menudo permite que las imperfecciones naturales del lienzo de lino la guíen, lo que da lugar a resultados sorprendentes e inesperados en sus obras de arte.

“Mis paisajes abstractos pretenden capturar un momento en el que queremos detenernos porque la vista, la luz, el color o la silueta de un entorno nos cautiva y queremos absorberlo”.

Sin abandonar nunca por completo su formación científica, utiliza las propiedades únicas de los materiales lino y algodón para lograr los efectos deseados:

El lino como material base enriquece las imágenes gracias a la imprevisibilidad del color, creando colores y líneas que fluyen libremente y que se absorben en el tejido y que pueden ser influenciados desde el exterior pero no pueden ser dictados.

El algodón orgánico ofrece la oportunidad de trabajar con atención al detalle y precisión: los gradientes y contrastes son predecibles, se pueden definir líneas claras y dan como resultado una imagen general ordenada con colores profundamente saturados.

Ambos estilos combinan la visión emocional de nuestra tierra y la naturaleza que nos rodea, así como el amor y la fascinación por el cuerpo humano. Un sello distintivo de la obra de Vanessa es el encanto vintage que se logra al superponer colores sobre un fondo orgánico. Esto le otorga una calidad atemporal a sus pinturas, diferenciándolas de las creadas sobre lienzos preparados.

“Mi estilo evoluciona constantemente, comprometerme con un medio o un concepto de color no es mi naturaleza. Quiero ser libre como artista para plasmar en el lienzo lo que me conmueve y evoca emociones. Mis cuadros tratan sobre la interacción de la habilidad técnica, el azar y los errores durante el proceso de pintura, lo que hace que cada cuadro sea único e irreproducible”.