Vlad Karni

Formación:

Escuela de la Fundación de Arte de Bielorrusia (2003-2012);

Graduado del Colegio Estatal Lenin Komsomol de Bielorrusia (2016), especialización - "Construcción industrial y civil".

Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (2016-2020), especialización - "Gestión".

Cursos:

Aidan Salakhova - "El camino del artista".

Berklee college of music - "Producción de sonido"

Fue durante una visita a Shanghái a los 18 años cuando Vlad Karni vislumbró la oportunidad de traspasar las fronteras de una vida desesperada en Bielorrusia.

Esta primera inmersión en una megápolis multicultural supuso un punto de inflexión en la vida de Vlad, que experimentó una nueva forma de vivir, pensar y expresarse, y marcó el inicio de un largo viaje para encontrar su hogar artístico que le ha llevado a cerrar el círculo de vuelta a esta "Perla de Oriente". Desde Shanghai, Vlad visitó Estambul antes de regresar a Bielorrusia para graduarse, donde finalmente decidió que el país donde había nacido ya no era un lugar al que pudiera llamar hogar. Impulsado por el deseo de escapar de los opresivos sistemas y costumbres locales -y preocupado por los daños psicológicos y físicos de los 1,5 años de servicio militar obligatorio en Bielorrusia-, Vlad huyó literalmente de Bielorrusia a San Petersburgo. 

De allí pasó a Moscú, donde exploró ávidamente el rico panorama cultural de la ciudad y pasó mucho tiempo en sus numerosos museos y galerías de arte moderno. Mientras estudiaba las obras de los grandes artistas rusos del siglo XX, Vlad se sintió especialmente atraído por Marc Chagall, por su visión innovadora y su humor chispeante, así como por su herencia común como bielorrusos. Sin embargo, Vlad también se interesó por el arte contemporáneo, impresionado por las posibilidades de su lenguaje expresivo y su capacidad para influir en el discurso actual. Hoy, en sus obras, Vlad refleja todas estas experiencias vividas junto con la experiencia de crear la propia obra. Mientras crea arte, Vlad se encuentra al borde de lo consciente y lo inconsciente, en un estado de flujo cercano al trance meditativo.

"Creo que nuestra autenticidad y nuestro destino no están determinados por las condiciones y el lugar de nacimiento, sino por nuestro camino hacia su formación. Se trata de un proceso sin fin y no hay prueba ni refutación de que la muerte sea el final de este camino. El arte y la música son los guías de este viaje".