Ojo

Desde el comienzo de su juventud, Ojo se ha sentido atraído por las diversas formas de expresión artística a las que tiene acceso. De adolescente, su voz se escucha a través de la práctica teatral, hasta que llega el momento de tomar una guitarra, una primera vez de manera sucinta, lo que dará lugar a cuatro álbumes profesionales hasta la fecha. Entre estos diferentes modos de expresión, su pensamiento también se desarrolló a través de la producción cinematográfica, para la que obtuvo un diploma universitario, y la ilustración. Muy pronto, el prisma de sus ideas se centrará más estrechamente en el dibujo; lo que conducirá a pintar por accidente. Efectivamente, con la mano inútil (la derecha) hará un primer cuadro en un gesto vivo y con ganas de ampliar los límites de la página.

De pintura en pintura, su mirada se afina en una discusión muy singular y honesta. Las formas se desvían de sus significados útiles y los colores se alinean de manera desordenada, como si el artista quisiera traducir una época que va demasiado rápido a un mundo donde lo bello se codea con demasiada frecuencia con lo ultra repugnante. Subrayadas por títulos con temas a menudo irrisorios y crudos, las piezas de Ojo pretenden ser una celebración de la idea atrapada sobre la marcha, del trabajo imperfecto, de la honestidad del gesto fallido, del color por el color y del arte por por el arte.