Zao Wou-Ki

Zao Wou-Ki nació el 13 de febrero de 1921 en Pekín. Procedente de una familia de prestigiosos eruditos, pasó sus primeros años estudiando caligrafía antes de ingresar en la Academia de Bellas Artes de Hangzhou en 1935. Allí dominó tanto la pintura china como las técnicas occidentales, convirtiéndose en profesor entre 1941 y 1947. En 1948, a los 27 años, se trasladó a Francia, instalándose en Montparnasse, París, donde estudió bajo la dirección de Émile Othon Friesz en la Académie de la Grande-Chaumière. Rápidamente se integró en los círculos artísticos de la posguerra, estableciendo vínculos con Sam Francis, Jean-Paul Riopelle, Pierre Soulages, Hans Hartung, Alberto Giacometti y Maria Helena Vieira da Silva. En 1950, el poeta Henri Michaux escribió un ensayo sobre sus primeras litografías, marcando el inicio de su reconocimiento en la escena artística europea.

En los últimos años, la obra de Zao Wou-Ki ha seguido ganando reconocimiento internacional, alcanzando récords en subastas y protagonizando importantes retrospectivas. En 2024 y 2025, su legado artístico se celebra con diversas exposiciones. Del 2 de marzo al 26 de mayo de 2024, Les Franciscaines en Deauville presenta Zao Wou-Ki – Les allées d'un autre monde, una retrospectiva centrada en las últimas tres décadas de su carrera. Sus pinturas siguen siendo muy codiciadas por los coleccionistas, y sus grandes formatos alcanzan precios elevados en subastas internacionales. Museos de todo el mundo, como el Musée d'Art Moderne de Paris, siguen exhibiendo sus composiciones, destacando su influencia perdurable en la abstracción contemporánea.

Sus primeras obras reflejan la influencia de Paul Klee, pero rápidamente evolucionó hacia la abstracción, creando composiciones de gran formato donde las masas de color parecen emerger de un vacío cósmico. Sus lienzos, a menudo titulados con la fecha de su finalización, destacan por la interacción fluida entre luz y espacio, fusionando la filosofía artística oriental con la expresión de la abstracción occidental. A lo largo de su carrera, experimentó con la pintura al óleo, el grabado y la tinta china, perfeccionando constantemente su técnica. En 1964, obtuvo la nacionalidad francesa con el apoyo de André Malraux. En los años 80, consolidó su prestigio como profesor de pintura mural en la École Nationale Supérieure des Arts Décoratifs y fue nombrado Oficial de la Legión de Honor en 1984. Aunque su obra fue censurada en China durante años, finalmente fue reconocido como una figura clave del arte moderno y se le invitó a enseñar en la Academia de Bellas Artes de Hangzhou. Su fusión única de abstracción lírica y estética tradicional china le valió un lugar en la Académie des Beaux-Arts en 2002.