

Biografía
Las cuestiones de nuestra psique y nuestros sueños, en particular, impregnan la obra de Nicolas Bruno no sólo como un fenómeno sino también como la articulación de una experiencia personal. Las obras alusivas, surrealistas e inquietantes que crea son encarnaciones del estado entre la vigilia y el sueño. Son un efecto del tormento del artista; la situación en la que se ve obligado a abrazar el subconsciente y sus peligros mientras está paralizado en la cama. Aunque las obras de Niclas Bruno son bastante personales y pueden parecer silenciosas, extrañas e incluso violentas, son explícitamente sugerentes y llaman al observador a participar en el sentido de registrar sus propias asociaciones o tal vez lidiar con sus propias ansiedades y miedos.
Nicolas Bruno nació en 1993 en Northport, Nueva York, una pequeña comunidad portuaria ubicada en Long Island. Estudió en Purchase College y se licenció en Fotografía en 2015. Su estudio está situado en Northport, por lo que prácticamente todos los preparativos para los rodajes se llevan a cabo allí, así como la postproducción. Dado que toda su práctica está muy dedicada a la simbología de los sueños, el artista lleva un diario de sueños y comienza cada nueva serie analizando experiencias anteriores. De hecho, su proceso creativo comienza con una planificación profunda, pero el rodaje es mucho más espontáneo y abierto a la experimentación.
La base de su experimentación fotográfica reside en la lucha de Bruno contra la parálisis del sueño, que padece desde hace casi diez años. Es un fenómeno común que ocurre entre la vigilia y el sueño, en el que el cuerpo queda inmóvil y suele provocar alucinaciones graves. Este estado de ineludibilidad obligó a Nicolas Bruno a encontrar algún tipo de solución y con el consejo de un terapeuta la encontró a través de la expresión creativa. Por ello, comenzó a trabajar en el autorretrato surrealista como traducción terapéutica de los temblores nocturnos para hacer frente a estos miedos y al mismo tiempo compartir estas emociones familiares de ansiedad, suspenso, incertidumbre y peligro.
La notable influencia en su peculiar estética tienen las obras de lo que se considera pintura histórica. Al examinar cuidadosamente la forma, la paleta de colores y la ejecución de los maestros de la artesanía como Caravaggio, Caspar Friedrich o Jacques-Louis David, Bruno reinterpreta, descontextualiza e inserta ciertos rasgos creando obras bastante innovadoras y exigentes. Dado que produce narrativas pseudohistóricas, su oficio se extendió al mundo de la escultura y el diseño de vestuario. Por lo tanto, las influencias de los románticos del siglo XIX, los textos históricos del ocultismo y el misterio entrelazan cada composición con varios diálogos visuales de lo macabro.
Al emplear el simbolismo, las dualidades y los motivos recurrentes de la visión obstruida, Nicolas Bruno crea obras de arte que están necesariamente afiliadas a la esfera de la fantasía y el misterio. Sin embargo, si miramos más de cerca, sus fotografías recuerdan mucho más a las obras de René Magritte y al movimiento surrealista que a cualquier otro género o estilo. Eso tiene que ver no sólo con el aspecto estético sino también con el semántico ya que estas composiciones reflejan ciertas dosis de humor, esperanza y liberación. El asombroso nivel de enfoque, las narrativas sólidas y la estética refinada sugieren que, aunque aún es joven, Nicolas Bruno posee inmensas capacidades para desarrollar una carrera fotográfica rica y exitosa.