Delphine Rapaport

Como pintor autodidacta, pinto principalmente con las manos. Utilizo los pinceles cuando el lienzo está casi terminado.

Para mí, la pintura es un lenguaje, un lenguaje corporal que no pasa inmediatamente por mi cabeza. Empiezo a pintar mojando rápidamente el lienzo con las manos y luego me quedo un momento con las manos levantadas frente a él. La idea aquí es sentir lo que se invita a lo invisible, dejar que la información y las emociones vengan a mí. A continuación, mis manos se mueven sobre el lienzo para resaltar los colores, las formas y los materiales.

Creo estas imágenes con el objetivo de despertar las emociones, invitarnos a viajar y ofrecer belleza. Mis cuadros también están ahí para desafiar, para que el espectador se encuentre consigo mismo, para que haga un verdadero trabajo interior y, por qué no, para que conecte con nuevos horizontes, nuevas posibilidades.

También creo lo que yo llamo "retratos del destino" por encargo. Los pinto como parte de un proceso de canalización, para quienes desean entrar en relación con su luz, su alma, su guía interior.

En el centro de mis creaciones está el cuidado, el cuidado que nos damos a nosotros mismos y el cuidado que podemos recibir.

El arte también tiene este poder, y trato de honrarlo en mi trabajo.