Henri Rousseau dit Le douanier Rousseau

Henri Rousseau (Henri Julien Félix Rousseau), también conocido como el Douanier Rousseau (nacido el 21 de mayo de 1844 en Laval en su casa familiar y fallecido el 2 de septiembre de 1910 de gangrena en la pierna en el Hospital Necker de París) fue un pintor francés. Se le considera un importante representante del arte ingenuo. Nacido en el seno de una familia modesta, estudió derecho antes de trasladarse a París, donde trabajó en la oficina del impuesto sobre el consumo. Esta posición le valió el apodo de "Douanier".

Aprendió a pintar por sí mismo y produjo un gran número de cuadros, a menudo con paisajes de la selva. Sin embargo, nunca salió de Francia. Su inspiración provino principalmente de libros ilustrados, jardines botánicos y encuentros con soldados que habían participado en la intervención francesa en México.

Sus cuadros muestran una técnica elaborada, pero su aspecto infantil le valió a Henri Rousseau muchas burlas. Habitual del Salón de los Independientes, empezó a recibir críticas positivas a partir de 1891, y al final de su vida conoció a otros artistas, como Marie Laurencin, Robert Delaunay, Paul Signac, Guillaume Apollinaire, Jean-Léon Gérôme, Alexandre Cabanel, Edgar Degas, William Bouguereau, Paul Gauguin, Alfred Jarry, Toulouse-Lautrec y Pablo Picasso. Su obra se considera hoy crucial para el arte ingenuo y ha influido en muchos artistas, incluidos los surrealistas.

Paul Éluard dijo de él: "Lo que vio fue sólo amor y siempre hará que nuestros ojos se llenen de asombro.

LA SELVA

Se trata de uno de los temas más fértiles del pintor, que siguió hasta su muerte.

Siempre con una flora exuberante y totalmente inventada (véanse los numerosos racimos de plátanos que cuelgan de cada rama, o la desproporción del follaje), escenifica luchas feroces entre un animal salvaje y su presa (excepto en Tigre luchando contra un negro), o por el contrario, un retrato más pacífico de un gran animal, como en los Monos bromistas. Estos animales se inspiran en los de la colección del Jardín de Aclimatación y en las revistas.

En sus últimas "selvas", representó personajes (en La Charmeuse de serpents y Le Rêve) en armonía con la naturaleza. Criticadas al principio por su falta de realismo y su ingenuidad, sus "selvas" fueron reconocidas más tarde como modelos por todos, de ahí la declaración de Guillaume Apollinaire en el Salón de Otoño donde Rousseau expuso Le Rêve: "Este año, nadie se ríe, todos son unánimes: admiran".