Julien Rey

Julien Rey lo dice él mismo: se formó “como autodidacta (s) 'impregnando e (s)' inspirando múltiples culturas, a lo largo de (s) descubrimientos”. Gran viajero, el artista de origen francés desarrolla una obra fuertemente influenciada por la cultura asiática. Marcado por la filosofía zen y en un afán de pureza y sencillez, crea composiciones mínimas que aparecen como momentos suspendidos, pausas poéticas en medio del desorden circundante. Su técnica única y singular, basada en lacas trabajadas a cuchillo e incrustaciones con pan de oro, sitúa la luz en el centro de sus obras, jugando con zonas de sombra y brillo, destellos negros y dorados. Sus representaciones de paisajes urbanos confrontan así la oscuridad y la luz en composiciones contrastantes con atmósferas impresionistas. Utilizando él mismo las expresiones de "destellos fugaces" o "relámpago crepuscular", Julien Rey intenta captar esos momentos de vaivén entre el día y la noche cuando la luz se vuelve divina, la emoción intensa. En un afán de inspiración, sensación e introspección, el artista no busca una transcripción fiel de lo que ve, sino que por el contrario desea plasmar y materializar en juegos de sombras e iluminación el "vínculo estético entre finura y rigor, movimiento y perspectiva, vacía y llena ". Lo que en definitiva constituye el corazón de la realidad pero que más se aleja de ella.