Neyb

Figurativa teñida de surrealismo, la pintura de Neyb nos transporta a tierras misteriosas que creemos reconocer, iluminadas por una extraña luz que se proyecta sobre paisajes de gran contraste, con colores fuertes pero armoniosos. Neyb nació el 31 de octubre de 1948 en Angers. Después de haber estudiado diseño de interiores, prefirió satisfacer su pasión por la pintura y se inició en el caballete sin parar. Su primera exposición tuvo lugar en 1970 y, durante 42 años, Neyb ha estado presente en las principales ferias internacionales de los cinco continentes. Su trabajo está en línea con la nueva figuración, cuyos colores y acentuación de rasgos se dice que están impresos con el surrealismo. El verdadero protagonista de las obras de Neyb es la luz: “vivaz y suavizada por resonancias misteriosas, irradia armonías palpitantes de emociones retenidas. El arte de Neyb oscila entre dos mundos, sin querer elegir un territorio en particular, preservando así un frágil equilibrio de creatividad. La ausencia de personajes refuerza las impresiones de extrañeza al agregar un sentimiento de infinita soledad, sin distorsionar la serenidad del lugar. Cuando los momentos de belleza y colores bailan en mi cabeza, cuando los ruidos ya no llegan a mis oídos, cuando mis ojos ya no ven nada afuera, cuando mi respiración está casi suspendida, cuando mis dedos ya no son guiados más que por un sueño, todo es plenitud, pinto, nos dice Neyb. A nuestro turno, a través de nuestra mirada, participamos del viaje irreal que nos ofrece. Neyb figura en las principales guías internacionales, I-CAC 1.06.