Jurictus

Julien Raboteau utiliza el pseudo Jurictus en su trabajo como diseñador. Su obra se basa en una línea nítida a pluma y tinta china, en su mayoría obras en blanco y negro. Las imágenes son parte de una búsqueda de forma, patrones de árboles muy detallados donde el ojo puede perderse en esta complejidad de detalles.

El artista no busca aclarar y simplificar sino revelar texturas, formas de un mundo invisible, donde nos aventuramos paso a paso como en una historia lovecraftiana. Un dibujo de encantamiento que revela monstruos, demonios, quimeras, todo un universo en el que evolucionamos con paciencia y determinación. Todas estas cosas componen una caja de Pandora con su mitología personal.

Estas criaturas a veces pueden parecer abstractas, pero Jurictus también se inspira en su propia cultura popular. Apasionado por la música metal, dibuja personajes peludos, bigotes sedientos de cerveza y tanto glamour en el ziggy stardust como guerreros bodybuilded de una bolsa de Manowar con el toque Conan, armadura de caballero hecha de cuero perfecto y botas de vaquero. Donde tienes la impresión de que todo está hecho de la misma madera. Que el material se fusione, que la carne, la piedra, el acero se empapen en un mismo molde.

Un dibujo que padece una enfermedad rara en la oscilación de una línea temblorosa, rugosa, cruda pero controlada. Como si quisiera mostrar una visión atormentada, un caos permanente donde la luz y la esperanza pueden brotar a través de la apariencia dulce e ingenua de compañeros, animales lindos y sonrientes.