Camille Pissarro

Todas las biografías dedicadas a Camille Pissarro coinciden en describir al hombre como un artista comprometido, un padre devoto y un intelectual apasionado por las ideas anarquistas de su tiempo. Su lucha más encarnizada fue la defensa de la nueva pintura llamada impresionista, que le dio fama.

En su opinión, era absolutamente esencial que el grupo permaneciera unido si quería establecerse ante el público general. Esto explica su entusiasmo por participar en cada una de las ocho principales exposiciones del grupo y su determinación de convencer a otros miembros a hacer lo mismo. La cohesión del grupo requería esfuerzos de tacto y diplomacia, así como un compromiso impecable para convencer a sus interlocutores.

La correspondencia de Camille Pissarro está llena de las innumerables luchas de un hombre que nunca se deja desanimar. Cuando duda de su futuro y de sus posibilidades, rápidamente se recompone y reanuda su batalla donde la dejó.

Entre las batallas que librará Pissarro estará el lugar de la mujer en la sociedad. El feminismo tal como lo conocemos hoy en día ni siquiera tenía nombre en aquel entonces. A finales del siglo XIX se produjeron los inicios de esta tímida lucha. Hubertine Auclert fundó la sociedad “Le Droit des Femmes" en 1876 y recibió sólo un apoyo mínimo.

Por el contrario, Camille Pissarro otorga a las mujeres un lugar idéntico al de los hombres, lo que permite juzgarlas no por su sexo, sino por sus ideas y sus compromisos. Siente una gran admiración por Louise Michel, por ejemplo. En 1883, le escribió a su hijo Lucien: «Te ruego que leas la defensa de Louise Michel. Es realmente notable. Esta mujer es extraordinaria. Mata lo ridículo con sus sentimientos y humanidad.» »

Durante la Comuna de París, Louise Michel, siempre dispuesta a ayudar a los más desfavorecidos, dio pruebas de un coraje ejemplar.

Camille Pissarro y su esposa Julie darían a luz cinco hijos y dos hijas. La mayor, Jeanne Rachel, nacida en 1865, recibió el apodo de Minette. Desafortunadamente, una enfermedad pulmonar la atacó a la edad de nueve años. Sus padres tendrán que afrontar un dolor insuperable tras presenciar el deterioro gradual de su hija. Tenemos los retratos muy conmovedores de Jeanne Rachel pintados por su padre.

Más tarde, el 27 de agosto de 1881, nació su segunda hija, y decidieron llamarla Jeanne en memoria de su hermana mayor fallecida. Conocida cariñosamente como Cocotte, creció principalmente en la propiedad familiar en Oise, en Éragny. Jeanne no recibirá la misma educación que sus hermanos, porque su madre rechazará la idea de que su hija se convierta en artista como el resto de su descendencia.

En septiembre de 1896, Camille Pissarro escribió a su hijo mayor Lucien:
¡Tu madre no entiende por qué mirar más allá de la compañía de Madame Cucheté, Bertine! Es ciega... no quiere que dibuje, o al menos no la anima a hacerlo.

En 1895, Jeanne fue inscrita en un internado en Neuilly, dirigido por Madame Thevenet Taylor. Esto ayudará a distanciar aún más a la hija de la influencia de su padre, que su madre considera dañina.

En los diversos retratos realizados por su padre, Jeanne es representada dedicándose a actividades de costura o bordado que reflejan su influencia materna. Hasta el matrimonio de Jeanne con Alexandre Bonin en 1908, Julie Pissarro se aseguró de que su hija no corriera el mismo destino que sus hermanos.

A pesar de los esfuerzos de Julie Pissarro, los genes artísticos seguirán transmitiéndose en la familia Bonin-Pissarro. Varios hijos y nietos de Jeanne, a quienes legó algunas de las obras presentadas en esta exposición, eligieron una carrera artística.

Lionel Pissarro,
Bisnieto del artista