Katsuko Kuroya

Los primeros amores de Katsuko están muy lejos de la expresión artística. En su Japón natal, recibió una educación científica y se especializó en matemáticas. Sin embargo, una vez que obtuvo su diploma, dejó la Universidad para irse a Europa. La cultura del viejo continente, y más particularmente la relación entre las artes y las ciencias, la fascina. Por lo tanto, se encontró en Roma para estudiar artes plásticas. Su búsqueda artística finalmente la lleva a París, donde ahora vive parte del año.

Si sus primeras obras se centraron en la abstracción, ilustración de la relación entre números y creación, su pintura cambió radicalmente en 2008. Durante una exposición de jóvenes artistas, patrocinada por el famoso artista MURAKAMI, Katsuko redescubre la cultura Manga. Luego prueba una serie de lienzos donde escenifica un personaje muy gráfico, todo en curvas, evolucionando en un universo abstracto hecho solo de bandas de colores.

Hoy, Katsoko KUROYA se instala en una figuración que recuerda al dibujo japonés. El paisaje juega un papel importante en él, adquiriendo un aspecto muy minimalista y ordenado. En este escenario, generalmente evoluciona un tren, diminuto, casi perdido en medio de la Naturaleza. Katsuko evoca así su propio viaje a través de su cultura de origen. La cruza, se aleja de ella o se acerca a ella, para componer una pintura que lleva consigo el tema del viaje cultural, de la búsqueda de la identidad.