Relax. Siente cada parte de tu cuerpo relajada. Permita que los pensamientos externos se desvanezcan. Relájate más y más. El cuerpo se siente ligero. Entra en un estado de sueño. Estás parado en el borde de una escalera. Diez. Da el primer paso hacia abajo. Nueve. Desciende a tu propio ritmo. Ocho. Siente el peso de tu cuerpo. Siete. A medida que bajas estás más relajado. Seis. El tiempo pasa lento y muy cómodamente. Cinco. cuatro Tres. Ve más y más profundo. Dos. Una.

Oscilando entre la ciencia y el entretenimiento, entre el rigor científico y el engaño, la hipnosis se practica desde hace siglos para crear un estado de gran concentración mental mediante el uso de las manos, la fijación de la mirada en un punto u objeto concreto y la modulación de la voz. Los egipcios lo practicaban en los "templos de los sueños" y Franz Mesmer comenzó a estudiarlo clínicamente en Viena a mediados del siglo XVIII. Dentro del género literario, los distintos tipos de hipnotizadores responden a distintas facetas de quienes lo practican: el villano hipnotizador, el científico y el esotérico se alternan en cuentos y novelas como Trilby (1894) de George du Maurier, "La verdad sobre el caso del señor Valdemar" (1845) de Edgar Allan Poe y "El gran experimento de Keinplatz" (1890) de Arthur Conan Doyle; todos ellos para reflejar los miedos de la sociedad victoriana. En esta oportunidad, es la historia curatorial la que emprende un recorrido hipnótico, reuniendo todo tipo de experiencias inverosímiles para sus espectadores, desde una profunda exploración de los diversos estados alterados de conciencia hasta la desmaterialización encarnada en el propio arte.

Los artistas que forman parte del espectáculo 'Hypnotic' de GALERIA AZUR, nos permiten tratar cuestiones formales y estilísticas. El arte de Thor nos induce a un estado de trance, invitándonos a deambular por la habitación, balanceándonos de una obra a otra. Vibraciones electromagnéticas recorren constantemente todo el cerebro creando pensamientos a partir de lo que se ve, para entender que la exposición convive en la mente del espectador.