"Los pintores entropistas" es la primera exposición del artista francés Louis-Paul Ordonneau en la Galerie Claire Corcia. En esta ocasión, descubre un bellísimo conjunto de pinturas originales al óleo sobre lienzo en pequeño, mediano y gran formato con distintos colores, en un universo silencioso y extraño, propicio para el ensueño y la evasión. La naturaleza domina allí a través de paisajes imaginarios de mar y montaña con colores saturados y profundos. “Pintar es descender en uno mismo”, Louis-Paul Ordonneau. “Cuando vienes a una exposición, esperas descubrir cosas nuevas y ver dónde está el progreso del artista. Esta vez para mi exposición en la Galerie Claire Corcia, no hay novedad contemporánea, ni superioridad asertiva, ni confirmación de creencia, ni certeza o coherencia, ni teoría. Debido a que la superficie del lago está llena de hojas muertas, hay una zambullida profunda. Hoy presento un trabajo de deconstrucción que realicé para volver a la esencia de mi ánima en la creación, para extraerla y ver a dónde me llevaba en la pintura. Exponer mis carencias, mis contradicciones, mis intentos, mis errores, compartir lo que podemos aprender de estar en peligro, esto es lo que propongo en esta exposición donde quienes han conocido mi obra desde mis inicios no la encontrarán. . En mi proceso, detuve mis pinturas cuando ya no las entendía. Quería pintar lo desconocido en el sentido más fuerte. Al centrarme en este malentendido, creo que me estoy acercando a mí mismo. Ya no hay acumulación de referencias, ni de "buscando a Charlie", ni siquiera de demostración de saber hacer o pareidolia. Ya no hay ningún deseo de progreso o consistencia. Claramente estoy mostrando dificultades. Esta es también una forma de requisito ético. Puede que sea ingenuo, pero también veo en ello una forma de reencantamiento. Preguntarse por qué mantenemos grabados en nuestra memoria recuerdos de prados, ríos, algas, profundidades. Pintar, para mí, es más que nunca hundirse en uno mismo, porque la superficie del lago está llena de hojas muertas y entonces hay que sumergirse en lo profundo, donde la imaginación ya no está condenada por tormentos ridículos, aunque sea a riesgo de encontrar una neutralidad que bien podría hacer pensar en la nada. En mis pinturas, se puede creer que repito géneros de paisajes con variaciones. Este es el caso. Todo queda por hacer y siempre todo quedará por hacer. Es una forma de oponerse a la idea de una teoría total en la pintura que muchas veces satisface hoy. Que tal fantasía pueda surgir en la mente de las personas dice mucho sobre nuestro tiempo. Cualquier nueva propuesta artística es inevitablemente un error. Así que obviamente me equivoco, pero me sorprende que pueda sorprender. Pintar es aceptar estar equivocado. En una versión positiva es saber que lo que crees que encontrarás un día será reemplazado al día siguiente. Estoy de acuerdo con esta ingeniosa idea. Además, mañana vamos a ver una nueva exposición. Me gustan las anomalías y espero que mis pinturas lo sean. Las anomalías que preferimos son siempre aquellas cuya explicación nos gustaría conocer primero”. Luis Pablo Ordonneau
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