Retratos de Francis Bacon

Francis Bacon fue un pintor inglés conocido por sus imágenes crudas, provocadoras e inquietantes que utilizó para explorar temas de nihilismo y muerte. Nacido en Irlanda en 1909, pasó sus veinte años entre Londres, París y Berlín, explorando las escenas artísticas de esos lugares. Llevaba un estilo de vida rudimentario, participando en pequeños robos y en las escenas gay clandestinas de cada ciudad.

Artista torturado en muchos sentidos -se enfrentó a problemas de adicción y distanciamiento, así como a una visión depresiva y existencialista de la vida-, el dolor de Bacon es palpable en cada uno de sus retratos. Con imágenes grotescas, como miembros contorsionados, bocas abiertas aullando, crucifixiones y sangre, su arte retrata un sentimiento real de angustia, ansiedad y sufrimiento. Algunos de estos retratos se inspiran en los antiguos maestros y en los surrealistas, como el Estudio tras el retrato del Papa Inocencio X de Velázquez (1953), en el que Bacon convierte el famoso retrato de Velázquez en una figura aterrorizada e inquietante según su estilo artístico. 

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