Fabrizio

Nacido el 30 de octubre de 1975 en Aracaju, un pequeño pueblo del noreste de Brasil, el joven Fabrizio ya se destaca entre sus compañeros; mientras que la mayoría de los niños juegan principalmente al fútbol, es él, irresistiblemente atraído por la pintura y el dibujo. Tras la muerte de su padre, Fabrizio se trasladó a la megalópolis de Sao Paulo. En esta localidad muy turística con innumerables posibilidades, Fabrizio se niega a realizar trabajos ocasionales para satisfacer su pasión. Mientras un amigo pintor le aconseja que pinte con un estilo "turístico ingenuo", él se niega a hacerlo: afirmando ser cubista, no son sus colores ni sus formas. A fuerza de perseverancia, expuso sus primeros cuadros reales en una pequeña tienda del centro histórico, el Pelourinho. Muy rápidamente, su pintura llamó la atención, sus formas le valieron el sobrenombre de "o menino malouquinho" (el pequeño chiflado). Se hizo un nombre y los turistas compraron sus pinturas. Un comerciante local, gran amante del arte, está muy conmovido y se enamora de su pintura. Ella lo anima, lo aconseja y lo presenta a otras personas. Se forma una verdadera amistad y gracias al hijo de esta mujer, médico afincado en París desde hace más de veinte años, desde 2002 ha participado en varias exposiciones en la capital. De exposición en exposición, terminó instalándose con su familia en Italia, donde vive y trabaja hoy.