Sergio de Luz

Su relación con la fotografía tiene una conexión perpetua con la deriva cuya banda sonora siempre acompaña el proceso de creación, formando parte fundamental del mismo. Los años en los que empezó a tomárselo más en serio, fue una etapa divertida y autodidacta que sentó las bases en las que aún se asienta mi forma de entender la fotografía.

Esos primeros pasos sin rumbo, con una cámara rescatada de seguir acumulando polvo, fueron decisivos para entender los fundamentos básicos y empezar a desarrollar una técnica que no doy por dominada del todo. Recibo entrenamiento por mi cuenta. Interés creciente por el retrato aunque acabé dedicándome a la fotografía de moda por una serie de casualidades. Esta faceta le da la oportunidad de investigar sobre la luz y desarrollar una fotografía de estudio centrada principalmente en la fotografía de moda y el retrato.

La deriva, de nuevo, quiere que su carrera se vea interrumpida por un accidente de moto que parecía sentenciarle a abandonar la fotografía. Gracias a personas muy cercanas a él, utilizo la fotografía como terapia y luego logro trabajar para grandes firmas y diversas publicaciones. Al mismo tiempo, comencé a usar el teléfono en mi día a día, fue entonces cuando la música tomó aún más protagonismo ya que el mismo dispositivo me permitía tomar fotografías mientras escuchaba.

Fruto de esta nueva forma de hacer fotografías en diferentes ciudades, tuvo la suerte de encontrar su propio estilo, no solo visual sino también en la forma de comunicarse con el espectador. Dejando la puerta abierta a que cada persona complete su propia visión de las diferentes imágenes. Con esta premisa cambio de equipo, experimento lejos de la comodidad del entorno urbano, sigo usando mi móvil para proyectos puntuales. Cada vez dedica más tiempo a proyectos paralelos a la fotografía puramente urbana, cambiando todos los factores necesarios para ejecutarlos. La música sigue teniendo un papel destacado