Hélène Havlik

Más que un simple objeto decorativo, una obra de arte lleva un alma, la del artista. Entra en los hogares de las personas como testigo de su existencia, se aferra a sus vidas y comparte su vida cotidiana. A veces les reconforta o les acompaña en una ensoñación.

A través de mi trabajo, aspiro a abrir esta puerta al eterno presente, este momento inmóvil siempre suspendido entre las dos eternidades del pasado y el futuro.

La artista explora técnicas antiguas a través de la elaboración de su propia pintura. Sus fuentes de inspiración son la literatura, la poesía, la música, la filosofía, los maestros antiguos, los viajes y, en general, la vida. Sencillamente.

Su enfoque geométrico de la forma, combinado con una compleja paleta subjetiva, el trabajo sobre la luz, la materia y el movimiento son el producto de un sensible matrimonio entre su infinito amor por las artes y su heredada pasión por las llamadas ciencias duras.