Eric Pottier

Eric Pottier, nacido en 1966 en Montfermeil, se sintió muy temprano fascinado e inspirado por artistas conceptuales como Lawrence Weiner, Yves Klein, Marcel Duchamp o Nicolas Sanhes. "Autodidacta por la ignorancia", en sus propias palabras, las esculturas de este sensible artista son a la vez obras polémicas, evocadoras, expresivas y poéticas. Pottier busca la estética del objeto recuperando los códigos de la cultura popular que forman parte del movimiento Pop Art. Con la vista entrenada, compuso sus primeras obras directamente influenciadas por materiales industriales. Un patio de recreo con el que trabaja desde el inicio de su carrera: "El cemento como material se me ha impuesto, porque es omnipresente en el día a día. Es persuadiéndolo y constreñiéndolo que pude expresar el antítesis de lo que representa, como mi investigación que llamé las "interpretaciones cementosas", una oposición de dos pensamientos, de dos expresiones contrarias ". Sus obras y sus elementos reflejan una reflexión sobre el consumismo que nos remite a nuestras contradicciones y cuestionamientos sobre los méritos de nuestros "Pseudo-Valores". Su pensamiento se orientó luego hacia la globalización, el sobreconsumo y la hegemonía que se convertiría en el punto de partida de su obra. El escultor inicia la famosa serie "Chroniques d'Anna", una escultura pintada con una idea vanguardista en la que el símbolo de la manzana se convierte en su arma de denuncia. Con un estilo decididamente contemporáneo, Pottier no cede a la basura ni a la extravagancia. Pone en escena los símbolos de nuestras sociedades a través de una interpretación lúdica. Luego, el artista desvía los objetos de su tiempo para convertirlos en el emblema de una sociedad guiada por el índice de consumo. Eric Pottier, a través de su universo, se sitúa como un simple espectador de nuestro mundo llevándonos a un universo de sueños y utopía.