Madhu Basu

En 1988 se graduó de la Escuela de Bellas Artes de Calcuta. En 1989, llegó a París como artista invitado en la Ecole Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París, donde trabajó en diferentes técnicas pictóricas, principalmente basadas en pigmentos. Hoy pinta exclusivamente con pigmentos. Hay un proverbio bengalí que dice "La olla contiene el universo". El significado de este proverbio es que un alfarero interactúa con los cinco elementos (agua, tierra, viento, fuego y espacio) durante su creación. Durante la existencia humana, la olla juega un papel importante en todas las etapas de la vida. De hecho, la olla, como la vida humana, emprende su propio viaje simbólico. Asume una identidad propia, desempeña un papel importante en los rituales de nacimiento y muerte y realiza una variedad de funciones esenciales en la vida diaria. Las ollas, estos humildes objetos, son de hecho universales y atemporales. Han estado y siguen estando en todos los lugares y en todos los tiempos, desde el período neolítico, específicos de la humanidad. Estos objetos se encuentran probablemente entre los que revelaron por primera vez la creatividad del hombre. Independientemente de la evolución de nuestras mentalidades y el desarrollo de la ciencia, estas continúan acompañándonos en nuestra vida diaria de diferentes formas. “Este lenguaje universal, quise traducirlo en mi pintura como un dato complementario a mi obra pictórica, que se articula esencialmente en torno al hombre”. Madhu Basu, 2001. Las obras de Madhu Basu dan testimonio de una escritura contrastante, cargada de simbolismo. La sombra y la luz son omnipresentes. Los vacíos se codean con los completos. Las líneas que estructuran el espacio se oponen a los círculos. Cada uno de sus cuadros es un espacio de meditación que revela la gran madurez artística del pintor.