Nathénée

En la parte trasera del coche en el que Nathénée transporta sus cuadros, se sienta la Reina de Inglaterra. Está pegado a una pegatina, nos sonríe levemente, mientras nos da un espléndido dedo medio. Iconoclasta e irreverente, Nathénée considera al mundo como su Reina de Inglaterra. Sin concesiones y con esta sorprendente mezcla de profunda gravedad y lejana frivolidad. Usando acrílico, lápices, pegamento, poliestireno y tiras de tela, Nathénée cura el mundo. El que lo rodea, como el que lo habita. Porque si sus creaciones se reparan, quizás sea porque empezaron, en primer lugar, fracturando su infinita sensibilidad. Libre, furiosamente libre, lo que Nathénée arroja en sus lienzos no es rabia, es amor. Pero no le digas, ella aún no lo sabe. Porque para colmo, se niega a entrar en arenas demasiado lentas, incluso con un dedo.