Rimvydas Pupelis (Muta)

Mi nombre es Rimvydas Pupelis, soy un pintor profesional de origen lituano. En 2017, desarrollé mi carrera como pintor artístico en Francia. En los últimos años he estado trabajando en el estilo del cubismo, y el motivo principal de mi trabajo es la figura humana. Normalmente trabajo con pinturas al óleo.

Durante ciertos períodos creativos, experimenté en los campos de la gráfica, esculturas de fuego, manipulaciones fotográficas, creé escenografías para teatros y actué en teatro amateur. El cubismo me fascina con la oportunidad de experimentar la alegría constante de la creatividad. Siempre estás atento y tienes que atreverte a cambiar las formas de las formas, buscar la proporción de color, experimentar con los diseños de la composición.

En mis obras, realizadas con espíritu neo-cubista, busco la profundidad del alma del ser humano. Deformo su cuerpo, lo rompo en pedazos que vuelvo a ensamblar. Con el tiempo, me di cuenta de que dibujar en este estilo me permite concentrar mejor mis fuerzas materiales y espirituales para llevar a cabo el acto de creación. Me permite ir más allá de los dogmas clásicos, pero también percibir el contacto del color y el espíritu. Los rostros en las estrellas son espejos y máscaras al mismo tiempo, se vuelven extraños y exóticos y traspasan el alma. Arreglo la existencia que se detiene a mi lado, inmortalizo a las personas, sus divertidas relaciones y sus miradas irónicas. Mis obras expresan mis sentimientos y la belleza del momento, que me gusta compartir con el espectador.

En mi disposición trastornada, trazo las líneas, las curvas, establezco los límites, creo mi propio orden. Hago un inventario de andanzas, posibilidades. Una forma de domar el vuelo y la persistencia de lo desconocido que, sin embargo, se apoya en la realidad. Porque la mayor parte del tiempo trabajo con modelos en vivo.

“Los modelos enriquecen mi trabajo en formas y colores, nunca son los mismos. Cada vez enterrados bajo una luz diferente, dan multitud de matices para entender qué son un hombre y una mujer. La luz se convierte en la matriz de representación que absorbe la realidad en fragmentación y la informa. En la composición, el entierro de la realidad es en cierto modo una interioridad de la realidad. Mi índice se separa de él para volverse autónomo. Algunos elementos de la naturaleza, como la manzana, se destacan repetidamente. Introducen signos que permiten realizar comparaciones entre el espacio de representación y la realidad. »Extracto del artículo de Caroline Canault