Grégoire Korganow

Fotógrafo comprometido con la realidad desde principios de los 90, de inmediato desarrolló un estilo visual de lucha, uniendo movimientos opuestos: sumisión y emancipación, presencia y desaparición, inmovilidad y movimiento, realidad y ficción.

Fue en 2013 cuando descubrió la danza contemporánea e inmediatamente inició un diálogo artístico continuo con sus intérpretes, los bailarines, estos “guerreros de la belleza” como los define Ian Fabre. Para él, su cuerpo es una sismografía de la realidad, una especie de paisaje interior que ofrece un compendio de las sensaciones dispares, ambivalentes y conmovedoras que nos atraviesan a todos, aquí y ahora.