La vida de pintor de Jean-Pierre Le Boul'ch (1940-2001) no puede disociarse de la aventura colectiva en la que participó en los años sesenta. En 1968, Jean-Pierre Le Boul'ch, de hecho, fundó con Pierre Tilman, Franck Venaille, Daniel Biga y Claude Delmas la revista Chorus, de la que hoy podemos medir, en retrospectiva, cuánto había demostrado ser visionaria. Jean-Pierre Le Boul'ch contribuyó así con otros a la revelación de artistas que posteriormente se hicieron famosos, como Christian Boltanski, por ejemplo. La vida de Jean-Pierre Le Boul'ch fue agitada, turbulenta. Muy joven, "escapó" de la escuela militar donde lo habían colocado antes de ser buscado y recuperado por los gendarmes. Este espíritu rebelde encontró en la pintura su espacio de libertad. Afectado por la enfermedad, pasó por momentos de euforia y depresión. Maestro, ofreció un discurso fácil, claro y accesible. El artista había estado muy cerca de los pintores de la Nueva Figuración, utilizando los medios de la fotografía en particular como herramienta de trabajo para la pintura. Trabajando sobre lo “ya trabajado” según su fórmula, desarrolló una obra que, más allá de las técnicas mediáticas, fue sobre todo la de un amante de la pintura. Entre la imagen de plata y la pintura, Le Boul'ch dedicó su obra a este ir y venir permanente entre la pintura y la fotografía, entre la imagen y la realidad, todo ello en un momento en el que observa cuánto el arte contemporáneo se aleja de la pintura para acercarse a otras orillas. En retrospectiva, el trabajo de Le Boul'ch sigue siendo relevante hoy en día, lo que confirma que la “pintura contemporánea” no es un oxímoron.
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