Aza Mansongi

El origen congoleño de Aza Mansongi la educó en el realismo figurativo clásico. Pero su experiencia de vida al crecer en la República Democrática del Congo, un área enormemente afectada por la guerra y el conflicto, sus estudios y su vida actual en Douala en Camerún y su positividad innata le han dado a sus obras de arte un estilo 'Aza' único.

Si bien se podría haber perdonado a Aza por crear obras de arte llenas de angustia y negatividad, esto habría entrado en conflicto con la forma positiva en que aborda la vida y todo lo que hace.

Su trabajo vibra con la esperanza y el disfrute de la cohesión social, a pesar de, o quizás debido a, la frenética imprevisibilidad de la vida moderna.

La vida para ella es una 'celebración'. 'Esperanza', dice, es 'todo lo que importa' y esto es casi pulpable en sus pinturas brillantes, felices y algo caóticamente ocupadas.

El arte de Aza no habla, canta. Narra la historia de la vida cotidiana en África, el encuentro de los mundos moderno y tradicional, la emoción y la energía que vive y celebra la gente a pesar de los muchos desafíos que enfrentamos. La humanidad perseverando o más bien prosperando, a pesar de las dificultades, los conflictos y los traumas.

Las máscaras africanas tradicionales responden a nuestra preocupación por la moda moderna, el maquillaje, la joyería, la tecnología digital y la industrialización. Los susurros de guerra se insinúan con representaciones de armamento, pero nunca se les otorga el enfoque de la pieza y son simplemente un elemento que forma parte de la vida cotidiana.

Sus pinturas son casi estilizadas y de naturaleza gráfica que recuerdan su predilección y disfrute por los cómics en sus primeros años. Los colores brillantes, la energía frenética y los fondos abstractos pintan una imagen de la sociedad que coexiste y prospera a través de su 'unión' o 'interconexión' en lugar de estar aislada.

Sin embargo, es imposible hablar de la práctica de Aza sin rendir homenaje al maravilloso sentido del humor que impregna y atrae a los coleccionistas a sus obras de arte. Es el poder de esta alegría y celebración de la vida que derrota las viñetas del mal y las luchas de la vida diaria lo que inspira a los coleccionistas a acoger el trabajo de Aza en sus espacios personales.

Aza trabaja a través de diferentes medios, incluyendo pintura, escultura, instalación y video. Ha expuesto extensamente en África y en el extranjero. En 2017 nombró a The Melrose Gallery para que la representara en Sudáfrica. En 2008 realizó un fresco monumental (80 x 3 metros) con el Colectivo 3 Kokoricos y el artista belga Arnaid Debal en el Liceo Francés de Kinshasha.

Aza vive y trabaja en Douala en Camerún.