En el límite entre la ansiedad y el atractivo, las obras del artista español JL Jardi juegan con la ambivalencia y el misterio. El problema que emana de él proviene de una fuerza inherente a su universo. Un ambiente dotado de un encanto inquebrantable sigue siendo el sello distintivo de estas escenas de la vida. Lo cotidiano se refleja como el espejo de nuestras vidas, aunque elementos surrealistas (desaparición, duplicación ...) llegan a interferir en estos momentos suspendidos. El silencio reina fuera del torbellino, en el trato y en el espacio. Sus personajes se ofrecen como el doble del espectador: contemplan.