Anne Horlaville

Pintar es como emprender un viaje a un mundo desconocido. Un poco de misterio, formas y color, sombra y luz para que la historia se invente bajo la música poética del pincel.

Fue en la escuela de Etampes donde Anne Horlaville perfeccionó su técnica de pintura al óleo. Aprendió a ver y expresar sus sentimientos. Es el descubrimiento del tacto, la luz y la expresión de la emoción. Intenta mirar una escena, un paisaje, un rostro con la mirada del poeta. Cuando comienza una nueva obra, explora una atmósfera, una emoción, un color. Pinta lo que ve, lo que siente. Las masas, las formas, los valores se superponen. Irremediablemente aparece el andamiaje de una historia, se impone y el cuadro cobra vida.

Anne Horlaville es una pintora que probó por primera vez diversas técnicas, como el acrílico sobre objeto o la acuarela.

Posteriormente recurrió a las técnicas de la escuela holandesa, incorporándose al taller de Tatiana Stefanova. Su pintura está entonces impregnada de precisión y respeta el estilo académico propio de este movimiento. Este período le permitió descubrir la pintura al óleo.

Fue junto a los pintores de Dourdan y Étampes donde se interesó por la luz y “capturar la emoción de la vida; es el aprendizaje de la expresión de los sentimientos inmediatos y de la espontaneidad del gesto. Su pintura se vuelve entonces más instintiva: sin dejar de ser realista, esto ciertamente le da mucha más vida. Ella finalmente está floreciendo. Se centra en diversos temas: retratos, desnudos, naturalezas muertas, paisajes... El tema no importa mientras la emoción esté presente. Expone regularmente en la región parisina o en la región Centro en ferias de arte como el salón Printemps de Dourdan, el salón Sainte Maure de Touraine o en exposiciones más personales.