Christophe Rouleaud

Lo que preocupa fundamentalmente a Christophe Rouleaud es la cuestión de la condición humana. Asunto aparentemente obvio para quienes quieran reflexionar un poco sobre el sentido de nuestra existencia. Pero un tema muy delicado de moldear artísticamente para tocar y mover y al mismo tiempo provocar en el "espectador". Pensado en lo que puede tener más esencial, más filosófico.

Así que no nos sorprenderá, con tales preocupaciones -en las que la estética, evidentemente, tiene su lugar pero sólo el lugar que le corresponde- de encontrar en su taller a toda una humanidad en marcha hacia sus "estrellas imposibles": Don Quijote en pos de sus sueños ( hasta el punto de haber dejado en el camino al bravo Sancho, aunque tan indispensable para la dialéctica de la novela), Ícaro tratando desesperada y muy imprudentemente de liberarse del barro de aquí abajo para deslumbrarse por una libertad demasiado grande y mortal. Pero también las manos extendidas hacia el cielo para intentar atrapar la felicidad o al menos alguna esperanza.