Masha Shubina

La obra de Masha Shubina, icono de la joven generación ucraniana, está compuesta exclusivamente por autorretratos que lleva más de 10 años declinando, presagiando la era del selfie, antes de la existencia de Facebook o Instragram. Estos autorretratos, a menudo divertidos y provocativos, siempre perfectamente ejecutados, abordan temas complejos y de actualidad. ¿Qué ver en sus obras? ¿Una declaración feminista que muestre a una mujer asumiendo su libertad a través de su imagen? ¿Podría prestarse atención a la cuestión de la autoidentificación de los pueblos, especialmente en las ex repúblicas soviéticas? La URSS ya no existe, pero Moscú, hoy capital exclusiva de la Federación de Rusia, sigue siendo un crisol de nacionalidades.

Y la capital de Ucrania, Kiev, donde vive el artista, sigue siendo la “patria de la Santa Rusia”. O una demostración de que los símbolos de identidad y los clichés nacionales siguen presentes en la manipulación de la conciencia: estamos viviendo la libre circulación de mercancías y personas y las fronteras están abiertas. Sin embargo, siempre indicamos nuestro lugar de nacimiento en los documentos de viaje, aunque a veces ya no tenemos ninguna conexión con este país; al igual que una bufanda tradicional ucraniana identifica a la joven que la usa, incluso si está hecha en China.

Masha Shubina nació en 1979. Vive y trabaja entre Kiev y Goa. Es la ganadora del premio Pinchuk en 2009, el premio más prestigioso de Ucrania, otorgado por el Pinchuk Center, el principal centro de arte contemporáneo del país. En París, está representada por Galerie Stanislas Bourgain.