weseeitems presenta la exposición individual de Avtandil Modebadze titulada "Clover". Avtandil Modebadze, nacido en 1991, es un diseñador de vestuario y escenografía que trabaja en varios medios, incluida la pintura, el vestuario y la escenografía. Nuestra primera colaboración con Avtandil tuvo lugar en la Feria de Arte de Tbilisi, donde su enfoque único despertó la curiosidad y cautivó al público. Como galería, estamos encantados de descubrir y mostrar este talento emergente, tanto a nivel local como internacional. La exposición presenta 9 nuevos lienzos creados específicamente para este evento. Un solo color contrastante o degradado, el verde, domina las obras y sirve como base de cada composición. "A menudo, la fuente de inspiración son los viajes, las imágenes que tomo mientras viajo, luego las olvido y las recuerdo de nuevo cuando trabajo en proyectos, ya sea pintura, teatro o vestuario. Estoy tan concentrado en el trabajo que todo impacta en la inspiración. Disfruto de la música pop, y la música puede evocar imágenes para mí; "Incluso un pequeño trozo colorido de un juguete roto tirado en la calle ha servido de inspiración, ya que tiene nuevas formas, materiales, colores y superficies". En estas pinturas, la reproducción de características finamente detalladas, como la textura de las prendas humanas, resalta el estilo distintivo de Avtandil. Sus obras dan vida a una expresión irracional, que refleja sus años de estudio y experimentación al retratar personajes. "Trabajo con la técnica del acrílico fino, si así se la llama, a menudo tengo un boceto preciso preliminar, donde todo me resulta claro, dibujo objetos o figuras en varias capas para crear una imitación del movimiento". "La mayoría de mis obras tratan sobre los lugares en los que vivimos y actuamos, los espacios que descubrimos y nos hacen sentir felices, y también sobre la tristeza de perder estos lugares, el miedo a desaparecer, los espacios en los que crecemos, que observamos a diario". Avtandil crea un mundo imaginario donde el escenario se encuentra con el lienzo, y sus figuras, aunque pequeñas en presencia, dominan la narrativa. Se invita al espectador a entrar en un momento capturado, uno que parece preparado para continuar más allá del marco. Una cierta tranquilidad se apodera del espectador cuando se encuentra con su obra, ya que los terrenos planos pero intrincados evocan una sensación de calma. Cada cuadro cuenta su propia historia, pero todos están interconectados, uno conduce al siguiente. Y tal vez no haya necesidad de más explicaciones cuando los cuadros hablan por sí solos... Curaduría de Kati Arsenishvili.
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