Bienvenidos al Circo
«El hombre puede ser demócrata; el artista se divide en dos y debe seguir siendo aristócrata». Stéphane Mallarmé
Esta exposición presenta el último proyecto artístico de Baptiste Laurent (Nantes, 1980), quien reside en España desde hace más de quince años. Revela la tragicomedia que se nos impone tras la celebración del orden internacional.
En la lucha interna de su proceso creativo, Laurent confronta críticamente su pintura con la caza, la guerra y la identidad nacional, que aquí se convierten en protagonistas. Revitaliza su obra explorando sus raíces francesas, inspirándose en la pintura española e incorporando símbolos de la Conquista, como carabelas, soldados y pueblos indígenas.
A través de las metáforas del circo, el carrusel, los parques de atracciones y el fútbol, el artista caricaturiza la sociedad del espectáculo, transformando la cultura, la política y la construcción de la identidad nacional en un carnaval. El triunfo de las redes sociales, la frivolidad de la vida democrática y la trivialización del arte y la literatura han transformado la experiencia cultural en una necesidad imperiosa de entretenimiento. Esto legitima lo popular a la vez que busca un ideal plástico e intelectual capaz de expresar las más elevadas emociones y sentimientos humanos, resonando con la mitología de lo onírico. Pasado, presente y futuro se funden ante el frenético desarrollo de la tragedia de la guerra y la memoria colonial que envuelve a Occidente.
Al vincular su obra con su infancia, reinventa los mitos del Lejano Oeste y del buen salvaje para construir una deriva sin nombre, donde las máscaras imponen un sentido dramático y los sueños de gloria se desvanecen. Laurent redimensiona cuerpos, animales y objetos, dotando a sus miniaturas de una grandeza desproporcionada y teatral.
Su imaginación desbordante, rebosante de inquietantes asociaciones, se articula en torno a un imaginario viril en el que traduce su pasado individual en una experiencia colectiva. La teatralidad de sus grandes lienzos lo transporta a ensoñaciones místicas y fantasmales, donde expresa su lirismo en armonía con sus inquietudes sociales.
El artista fusiona elementos disonantes, tejiendo conexiones entre su mundo personal y el contemporáneo mediante la figuración simbólica, la versatilidad de las convenciones artísticas, una pincelada ágil, fluida e inacabada, la gestualidad de las formas, la mezcla de técnicas (dibujo, pintura y escultura), el uso del color que recuerda al Tapiz del Apocalipsis del siglo XIV, el humor, lo grotesco y la reapropiación de pinturas míticas de la historia del arte, como las de Vincent van Gogh, Eugène Delacroix y Gustave Moreau.
Baptiste Laurent pinta a su antojo: es una necesidad vital. Su pintura transgrede el orden clásico de la representación canónica, oscilando entre la melancolía y la celebración, a la vez que despierta la empatía del espectador.
Pablo Barrios Martínez, comisario de la exposición
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