Presentación

Originaria de Turquía, Alev Siesbye pasó por Alemania, luego vivió en Dinamarca, antes de establecerse en París en 1987. Con este bagaje cosmopolita, lleva una brillante carrera internacional como artista cerámica; una vida dedicada a una de las tradiciones cerámicas más antiguas heredadas de civilizaciones milenarias: el arte de hacer un cuenco. De oriente a occidente atravesó países, abrazó diferentes culturas, logrando la apuesta del exotismo y el sincretismo, sin desviarse jamás de su búsqueda estética. Desde la década de 1960, ha estado creando cuencos. Variaciones sobre el tema engañosamente simple del contenedor, habitado por una presencia fuerte y monumental. Al igual que con Giorgio Morandi, cada cambio, por leve que sea, ofrece una nueva inspiración, manteniendo la misma presencia concentrada que estimula el intelecto y los sentidos. Durante cuarenta años, Alev ha sabido adaptar a la perfección esta forma de cuenco, a la vez simple y sofisticado, que solo le pertenece a ella, manteniendo siempre la misma diversión. "Por supuesto que perdí la inocencia, pero en el fondo, todavía soy una niña", admite con picardía. Alev Siesbye siempre ha mostrado predilección por trabajar con esmaltes cocidos a alta temperatura, una técnica que aprendió a dominar en Dinamarca. Y entre todos los colores, al artista le gustó mucho el azul, fresco y relajante, transparente y límpido, como esas vastas extensiones de agua turquesa en el Bósforo que marcaron su infancia. Un recuerdo muy presente y siempre conmovido. Si el minimalismo, la maestría técnica y el clasicismo que marcan los objetos de Alev, son características de la cerámica danesa, también fueron desarrolladas por las prósperas culturas nacidas en los terrenos de Anatolia en la época neolítica, griega, romana u otomana. "Y es aquí donde se encuentra la verdadera fuente de mi herencia cultural y emocional", insiste el artista. También utiliza técnicas decorativas muy distintas a las empleadas para el gres tradicional. Los patrones y diseños no se aplican a la superficie del esmalte sino que se graban en su interior, mediante una línea de cera, según la técnica de la cuerda seca desarrollada en Persia durante los siglos XIII y XIV. El arte antiguo de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Anatolia, al que Alev está apegado, no solo culturalmente sino también emocionalmente, está marcado por la búsqueda de la atemporalidad y la permanencia, de la continuidad y el recuerdo, que en última instancia oculta la necesidad de capturar esa esencia última de eternidad. La inmaculada presencia de los cuencos de Alev Siesbye se refiere a esta misma noción. Receptáculos silenciosos dedicados a la contemplación mística, objetos de meditación, resuenan juntos con la misma vibración imperturbable que une el momento presente con la eternidad.
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¿Cuándo nació Alev Ebüzziya Siesbye?

El año de nacimiento del artista es: 1938