En 1972 se recuperaron del mar, cerca de Riace (Calabria), dos esculturas de bronce de guerreros. Representan un cambio monumental en la escultura griega: es el inicio del periodo helenístico, cuyos efectos aún son visibles en las obras de los escultores contemporáneos. Estas obras son un perfecto ejemplo de realismo, visible tanto en la musculatura como en el vello facial de los sujetos esculpidos. Demuestran un verdadero conocimiento de la anatomía. Además, este parecido con la forma humana es un ejemplo temprano del arte figurativo. Entre sus características está el contrapposto, utilizado en particular por el escultor Policleto. La torsión de la forma humana permite a la escultura clásica liberarse de su rigidez, desarrollar la expresión e incorporar el drapeado. Los escultores posteriores, como Lisipo, animaban al espectador a moverse para ver todos los lados de la escultura, lo que influyó mucho en el arte helenístico. La Venus de Milo griega (150-125 a.C.) fue ampliamente copiada por la Roma Imperial, creando un legado para el arte figurativo clásico en Occidente. Su influencia se transmitió al Renacimiento y continúa hasta nuestros días. Al captar la humanidad en su realismo, este movimiento ha atravesado no sólo los siglos, sino también los milenios. En la selección de obras de Artsper encontrará artistas que también buscan el realismo, como Gregory PoussieryMarina Mankarios. Pero también las obras de Luo Li Rong, que nos invita a no quedarnos en la fascinación por las formas y las apariencias, sino a ir más allá para comprender el espíritu del modelo.
