Orza Tanem

Sus rasgos son emanaciones abstractas y puras de su mente, a veces invocando ciertas representaciones. Son imágenes oníricas mecidas por una experiencia que se arraiga en Argelia. Su pintura evoca una atmósfera que ha conocido, paisajes, encuentros que ha interiorizado y que emergen como recuerdos difusos. Lo sublime de un paraíso redescubierto, las dunas de un desierto lejano como el soplo del Sirocco o la tormenta de un cielo atormentado… Tantos paisajes cambiantes, barridos en un movimiento perpetuo donde dominan el azul y el amarillo.