Michel Hirsch

El mundo como materia prima,

La fotografía como herramienta,

El fotógrafo conductor,

Arte estético y testimonial como finalidad.

La obra fotográfica de Michel Hirsch es sobre todo fruto de pasiones.

Pasión por el mundo que nos rodea en primer lugar, forjada por treinta años de dar forma a su mirada como ingeniero de edificación y obras públicas durante los cuales lo que estaba en juego era transformar el espacio, darle forma, crear, construir.

Pasión entonces por la fotografía, el arte supremo para capturar y transmitir la belleza efímera de un momento, de una luz, de una creación de la naturaleza o del hombre.

Su formación en la Ecole de l'Image des Gobelins de París será la clave para desarrollar una nueva perspectiva sobre este mundo, punto de partida de una colección de obras únicas y singulares.

El campo de juego no ha cambiado, pero donde se trataba de transformar ahora es necesario inmortalizar. La construcción ha dado paso a la observación, el deseo de modelar al de sublimar lo existente. El trabajo artístico ha reemplazado al industrial, brindando un testimonio sutil del mundo que nos rodea.

Nuestro entorno es plural, las fotografías de Michel Hirsch así lo reflejan.

La naturaleza, tan grandiosa como diminuta, se le impuso naturalmente y ocupa un lugar especial en su obra.

Desde la belleza de un paisaje hasta el detalle de una planta exótica pasando por el vuelo de una mariposa, encuentra en la fotografía la forma ideal y estimulante de inmortalizar, desvelar y compartir estos efímeros, sublimados momentos de gracia. De la luz y marcados por la sorpresa. encuentros ofrecidos a su objetivo.

Pero nuestro mundo no es solo naturaleza. Cómo contemplarlo sin ver la huella que dejamos allí. Lejos y sin embargo tan cerca de la tranquilidad de una arboleda o de la armonía de un estanque, están estos espacios colonizados por el hombre. Sitios industriales o fábricas en desuso, testigos ambivalentes tanto de la fragilidad de la naturaleza como de su vigor en la reivindicación de sus derechos. Más que ignorarlo, Michel Hirsch pone su sensibilidad en esta realidad, ofreciendo obras poderosas con variadas evocaciones. El poder, la armonía y sobre todo la poesía emergen como evidencia de sus momentos capturados, cuando el tiempo se detiene, la mirada cambia y la aparente fealdad se interpreta con dulzura y emoción.

A veces abstractas y otras crudas, sus creaciones revelan nuestro día a día bajo nuevos equilibrios ofreciendo una representación vibratoria, gráfica y colorida de nuestro entorno.

Una sutil invitación a soñar, la colección de obras de Michel Hirsch instala entre sus imágenes y el espectador una resonancia fuerte pero tranquilizadora en la que todos son libres de proyectarse según su sensibilidad y su historia.

“Solo estamos de paso. Lo construido será destruido, lo que robamos a la naturaleza será recuperado, lo que fue útil quedará obsoleto. En nuestro constante apuro, detengámonos un momento. Contemplemos. Agradecer. Disfrutemos. Soñemos. Y actuemos como testigos del efímero equilibrio que tenemos ante nosotros. Son estas emociones plurales, sinceras y hedonistas las que espero compartir a través de cada una de mis fotografías. "