Yves Brayer

Nacido en 1907 en Versalles y muerto en 1990 en París, Yves Brayer pasó la mayor parte de su infancia en Bourges. Cuando llegó a París en 1924, estudió sucesivamente en las academias de Montparnasse y en las Bellas Artes. Desde sus primeros años como estudiante, expuso en el Salon d'Automne y el Salon des Indépendants. Posteriormente, una beca estatal le permitió viajar a España, donde realizó un descubrimiento capital, el de los Maestros del Museo del Prado. Durante toda su vida, nunca dejó de viajar, manteniendo París como su puerto de origen. El enfoque de Yves Brayer puede entenderse en el contexto histórico en el que ha evolucionado. Forma parte de un grupo de artistas que, entre guerras, necesitaba mantener un fuerte vínculo con la realidad, al margen de las corrientes pictóricas que aparecieron a principios del siglo XX. Si el artista no se puede vincular a ningún movimiento en particular, se está acercando al Nuevo Realismo. Su obra, que abarca el siglo XX, está marcada por la riqueza y la diversidad. La pintura es su primer amor. Tiene una verdadera pasión por los paisajes mediterráneos, de naturaleza pura y salvaje. En particular, la Provenza y la Camarga constituyen el Edén del artista. Paralelamente a su actividad como pintor, diseña decorados y vestuario para óperas, practica la ilustración, el grabado y la decoración de paredes. Sus exposiciones especiales lo han hecho famoso en muchos países, en Francia, en Europa y en los Estados Unidos. En 1977, la Biblioteca Nacional presentó "Yves Brayer, Graveur" por su septuagésimo cumpleaños, y el Museo Postal le dedicó una exposición de sus obras con motivo de la publicación del sello que se le solicitó en 1978. Finalmente, el Museo Yves Brayer fue inaugurado en 1991 en Les Baux-de-Provence.