Olivier Ribardière

A los 20 años, tras un breve paso por una escuela de fotografía, Olivier Ribardière, autodidacta, se convierte en el primer ayudante de André Berg. Esto le enseña los conceptos básicos del oficio. Sus motivaciones lo empujan a ampliar su horizonte, por lo que se marcha a Studio Pin-up, donde asiste a los grandes nombres del momento como Oliviero Toscani, Jean-Paul Goude, Peter Lindberg, Gilles Tapie, Jean François Jonvelle. Con sus múltiples experiencias como asistente, se inició en la profesión a los 25 años. A fuerza de perseverancia y talento, se ganará sus galones como fotógrafo profesional. Su sensibilidad y madurez fotográfica le permitió descubrir un nuevo universo, la infancia. Campo en el que a día de hoy, rápidamente se ha consolidado como uno de los grandes especialistas en moda. Las grandes marcas de la alta costura, la publicidad y la prensa lo llaman. Desde la década de 2000, Olivier trabaja entre Francia, España, Inglaterra y Estados Unidos. En 2011, la dimensión profesional ya no parecía ser suficiente. Entonces le pareció necesario un enfoque más personal. La idea de fotografiar niños, a través del retrato, resuena en él como una finalidad lógica. La ambivalencia que se siente en la expresividad del rostro de un niño ofrece una doble lectura, una corriente tierna e inquietante, y una interesante iniciativa para explorar a través de la imagen. La ingenuidad del niño le permite expresar emociones sin ningún prejuicio.