Botero Pop

La silueta de Botero Pop es única y lo hace inmediatamente reconocible: un sombrero muy alto que esconde su rostro, un cuerpo ovalado inspirado puede ser de la generosidad de las formas de Fernando Botero y la limpieza definitiva de la Linea de Osvaldo Cavandoli. Este pequeño tiene líneas limpias y simples, sin sombras innecesarias, sin detalles frívolos.

Mirando sus aventuras lo descubrimos fan de Keith Haring, el principito de Antoine de Saint Exupéry, Mickael Jordan, Dupont & Dupond, Pickachu, Bowie, Spiderman y todos los superhéroes… Y también habla de novedades echando una mirada comprometida en el mundo de hoy.

Botero Pop nos recuerda -si fuera necesario- la fuerza de la cultura pop en nuestro inconsciente colectivo ... todos tenemos recuerdos de cómics, películas, conciertos, dibujos animados pero también de política, series, deportistas a los que 'adoramos, atuendos de moda que nos pudimos lucir, artistas icónicos ... encontramos con placer y ternura la mirada sobre el mundo que teníamos de niño o de adolescente.

Este recuerdo es revivido por casi nada porque es el accesorio que le da toda su dimensión a cada Botero Pop. Se convierte en un personaje emblemático o expresa un concepto con un solo detalle: un collar, un globo, rayas multicolores, un paraguas, corazones, una bandera, una peluca o un cinturón… ¡el accesorio se convierte entonces en el imprescindible!

La simplicidad acentúa aún más el impacto emocional del mensaje.

Botero Pop busca los iconos y códigos de nuestro tiempo para compartir con nosotros su mirada profunda y sincera sobre el mundo que nos rodea y nuestra sociedad. Es un ser gracioso y polimórfico y, como la cultura pop, está en constante evolución.