Antonio Feltrinelli

Antonio Feltrinelli nació en Milán el 1 de junio de 1887 hijo de Giovanni Feltrinelli, sobrino de Giacomo, quien fue el fundador de la asociación Feltrinelli. Feltrinelli no solo fue una figura destacada en el campo económico y financiero italiano, sino que también fue un pintor, que se caracterizó por ser un colorista fuerte, impetuoso y ardiente, y prefirió naturalezas muertas, retratos y paisajes. Inició su carrera en 1930 en La Permanente (Milán), donde exhibió un retrato y un bodegón que le valieron el premio Fornara.

Ese mismo año, Feltrinelli expuso su obra en la Bienal de Venecia y en la Galería Pesaro de Milán. Junto a otros destacados artistas de vanguardia, participó en diversas exposiciones extranjeras sobre pintura italiana moderna. Era variado y ecléctico, lleno de inspiración y atraído por todo el arte, la historia y la vida lo que creía que podía convertirse en una pintura colorida, y por eso abordó los temas más difíciles de pintar. Estas pinturas retrataron su admiración y adoración más profunda a través del uso de colores furiosos, que coincidían con su temperamento excepcional.

Eligió temas arriesgados y sus dibujos eran desordenados, violentos y llenos de color. La persona artística de Feltrinelli se opuso abiertamente a su persona física y social. Era bien educado, reservado y tranquilo, y tenía una posición social prominente en la sociedad. Este artista, observador y pensador, bajaba de su lujoso estudio como si bajara de un ático. Estaba entusiasmado y atormentado por el arte que parecía querer quitarle la vida.

Su amor por las artes y las ciencias lo empujó a utilizar su fortuna personal para financiar una gran institución cultural italiana “similar a la Fundación Nobel”. Además, Antonio Feltrinelli convirtió a la Academia Italiana en heredera de sus posesiones y ordenó que se creara un fondo inalienable y perpetuo para recompensar el trabajo, la educación y la inteligencia.