Sam Samchuan

Un joven pintor que trabaja en un pequeño estudio en el manto central-occidental de su país, lejos de los principales destinos turísticos. Es un tipo muy sencillo y amable, con una discapacidad parcial que hace que su trabajo sea aún más interesante (para mí). Paga sus días vendiendo cuadros ordinarios que realiza por encargo a los pocos viajeros que se detienen en su local. 

Su amable hermana le ayuda, hablando en inglés si no puede. Entré en su casa, aunque la ventana no era interesante. Aun así, mantuvimos una larga charla porque me gusta conocer a la gente y sus historias. Mientras hablaba, caminé alrededor pero nada de lo que estaba colgado me llamó la atención. 

Cuando estaba a punto de salir, vi una línea amarilla en el suelo del fondo del estudio. Este color no coincidía con ningún otro color del lugar. Así que le pedí permiso para mirarlo. Se avergonzó y me dijo (a través de su hermana) "estas pinturas son sólo cosas divertidas que hago para mí... no vale la pena verlas...". Pero ya tenía el Tyger en mis manos. Vi esta obra tailandesa de Picasso y toda su fuerza me atravesó y me persiguió. Esta devoradora de hombres iba a ser mía. 

Negociamos un precio que pudiera ser justo para ambas partes y aquí estamos. La fuerza del cuadro proviene de la pupila del animal. El fondo amarillo es tan absurdo y total. Unas líneas que mezclan praderas y músculos. Entonces dos mujeres salieron de las sombras...