Quentin Liu

Francés de origen chino, Quentin Liu llegó por primera vez a Francia a los 24 años, en 2002. Se instaló en Yvelines. Para él, nacido en un país totalitario, el artista es ante todo un denunciante. Testigo del cambio radical del arte chino contemporáneo, estuvo marcado por la hostilidad del gobierno de su país hacia los artistas y por las campañas de lavado de cerebro llevadas a cabo por los principales medios de comunicación. Tomó así conciencia de la importancia del papel del artista en un contexto donde la democracia y la libertad de expresión están seriamente cuestionadas.
La política, la globalización y el consumismo son los temas favoritos que irrigan su pintura. Refiriéndose a menudo a Manet, Delacroix y Neo Rauch, da a sus composiciones un carácter casi cinematográfico. Frente a sus cuadros, el espectador percibe múltiples tensiones en las escenas allí representadas: interrogatorios, tomas de posesión oficiales, controles sanitarios... Los detalles, a menudo simbólicos, dibujan una fuerte narrativa que interroga al espectador. El artista comparte con nosotros sus observaciones, plantea interrogantes, pero nos deja la tarea de sacar conclusiones y proponer posibles soluciones.