Rao Fu

Rao Fu dejó China a la edad de 23 años para establecerse en Alemania, donde comenzó a estudiar pintura y diseño gráfico en la Escuela de Bellas Artes de Dresde.

En los museos alemanes, descubre la pintura antigua de la que toma prestadas múltiples referencias, visibles en sus obras. Fiacres, caballos, trajes de época, son todas alusiones a un mundo pasado que él transpone a otra temporalidad.

Aunque menos perceptible a primera vista, la contribución de la pintura tradicional china subyace en sus obras, tanto desde el punto de vista técnico como filosófico.

Rao Fu concede una gran importancia al paisaje que le gusta representar en toda su fuerza e inmensidad. Mediante el uso de la perspectiva doble o triple, magnifica su grandeza y abre varios campos visuales en la misma pintura, proporcionando al espectador un efecto inmersivo sorprendente.

Las figuras fantasmales y casi transparentes que habitan sus paisajes se funden en un entorno que se convierte en el espejo de sus emociones, al igual que las del pintor. A los ojos de Rao Fu, estos paisajes reflejan su mundo interior, pero deben permanecer libres de interpretación.

En su universo narrativo y misterioso, tanto las épocas como las culturas orientales y occidentales conviven y se entremezclan de forma natural. Busca transmitir la esencia y expresión del hombre, para crear un arte universal que trascienda la diversidad cultural.