Yolaine Wuest

Yolaine Wuest, nacida en 1962, es natural de Colmar y se formó en la Escuela de Artes Plásticas de la ciudad. Durante diez años formó parte de un taller colectivo y emprendió el camino de la abstracción.

El negro es su fuente de inspiración. Está presente en gran medida en sus lienzos y lo obtiene mediante una hábil mezcla de ámbar, siena... que trabaja con suavidad y profundidad mediante diversas herramientas (pinceles, trapos...). Esta negrura resuena en su interior y la abre a una búsqueda meditativa que guía su gesto y da título al lienzo. Para Yolaine Wuest, el negro tiene el poder de subrayar las formas y de hacer resaltar la luz, a diferencia del blanco, según la técnica del claroscuro.

"Somos los eslabones que tejemos, según nuestros encuentros y caminos de humanidad. En las líneas curvas, rectas o sinuosas de nuestra vida, son tantos los delicados hitos de luz que dan ritmo y dinamismo a nuestra existencia... Casualidades u obviedades, tantas "posibilidades" en la "trama" de nuestra vida...". (Y. Wuest)

En 2020, Yolaine Wuest pasó del lienzo al papel de calco, del negro a los tonos grises, pero siguió siendo fiel a la pintura al óleo. Una digresión plástica que se originó en un proyecto de exposición en el corazón de una capilla románica. La elección de este material, que impregna con sus óleos y pigmentos, es la que utilizan los canteros para orientar su trabajo. Pone sus signos, sus trazos en un juego de transparencia donde la luz participa en la magia de la obra.

Cualquier forma de figuración está ausente en la obra de Yolaine Wuest, pero ha desarrollado su propia grafología artística basada en sus emociones, sus aspiraciones y sus intuiciones.

A veces son las palabras las que inspiran sus obras y guían sus gestos. "A menudo dejo que las palabras que me han tocado resuenen dentro de mí, las leo, las releo, dejo que me abran puertas. Los dejo entrar en mí, los saboreo, me nutren... Entonces pienso en formas y líneas. La mano es entonces sólo la herramienta, la extensión de una forma de resonancia... Una forma de "abrir las comillas"...

Las comillas que abre resuenan en nuestro interior y sirven de hilo conductor entre nuestros ojos y nuestras emociones. Atraídos por sus obras, nos dejamos llevar deliciosamente al ritmo de nuestros ensueños, de nuestros pensamientos profundos. Es una invitación baudelairiana a un viaje interior.

"El arte me parece el vector de un pensamiento, incluso de una postura, capaz de suscitar una emoción, cualquiera que sea. Y. Wuest