La Poussière

Teniendo esta tendencia a ver el potencial en todo, empiezo a seleccionar postales antiguas en centros de recursos y ventas de garaje para mejorarlas.

Es con cierta alegría que desvío la visión tradicional del bordado para modernizarlo, para cuestionarlo. Algunas tarjetas evocan inmediatamente una idea y otras esperan inspiración de la vida cotidiana o del repertorio artístico contemporáneo (fotografía, pintura, arquitectura, diseño industrial).

El bordado sobre papel es un arte muy lento. Cada puntada es un riesgo, el papel debilitado por el movimiento repetido de la aguja puede ceder y hay que medir la tensión del hilo.

La rareza del objeto se ve reforzada por su historia cuando el azar dicta que un intercambio epistolar está presente en el reverso de la tarjeta. Podemos imaginar la vida de estos corresponsales de otra época y el trágico final de este papel sin valor para sus descendientes.

Así nació La Poussière del deseo de dar una segunda vida a los papeles que se la llevaron. También es un homenaje a los bordados y las puntas de los hilos que se forman como una oveja de polvo de colores.